En Samhain se celebraba el final de la cosecha y era el paso a la época más lúgubre del año, el Invierno. También, se festejaba el año nuevo Celta y la apertura de portales del mundo de los muertos. El Samhain comenzaba la noche del 31 de Octubre y coincidía con el punto medio entre el equinoccio de otoño y solsticio de invierno.
La cosecha marcaba la diferencia entre la vida y la muerte para muchas culturas. Cuando se perdía la cosecha por inundaciones o plagas, la gente moría de hambre.
Romanos y posteriormente monjes de la Edad Media registraron de manera escrita varias narrativas orales celtas que circulaban en torno al Samhain. Deidades, hadas, criaturas fantásticas y entidades sobrenaturales entraban y salían de lagunas, rocas y cuevas, es decir, portales llamados sídhes.


La desaparición de las leyes naturales mundanas
Según la mitología Celta, el guerrero Aillen, un guerrero sídh que destruyó la ciudad de Tara, fue ajusticiado por Ionn mac Cumhaill. Éste último, lo atravesó con una lanza provocándole su muerte unos momentos antes de ingresar a su sídhe.
Otra historia mítica relacionada con el Samhain es la de Caer Ibormeith, una joven que durante cada Samhain se transformaba en Cisne. Un pretendiente de la chica, Oenghus mac Oc, durante esta fecha se convirtió en cisne para poder estar junto a ella, aprovechando dicha fecha en donde no regían las leyes naturales mundanas.
Durante el Samhain, el ritual y la celebración giraba alrededor de los sacerdotes celtas, los druidas. No solo se dedicaban al culto sino que también practicaban cesáreas, trepanaciones y curaciones con plantas. Los arqueólogos y las escrituras romanas dan cuenta de ello. Un dato interesante es que los druidas podían ser tanto mujeres como hombres.
Samhain: Los druidas
Los druidas en estas fechas practicaban la adivinación porque creían que se abrían conexiones entre los mundos de los vivos y muertos. En las ceremonias había hogueras o fogones, sobretodo en las zonas de colinas. En algunas colinas como la Colina de Ward, se han encontrado restos óseos de animales quemados.
Muchos sacrificios de animales se llevaban a cabo por el druida. Además, bailes, cánticos, comidas como ofrendas para «calmar» a los espíritus, banquetes, disfraces de pieles de animales y mucha cerveza.
Todas las cosmovisiones, prácticas, hábitos, maneras de ser y proceder se relacionaba con la creencia del permanente contacto con los muertos y seres sobrenaturales.
Dichos ritos y prácticas arribaron al nuevo continente durante el siglo XIX con la llegada a Estados Unidos de irlandeses. Los irlandeses recién llegados huían de la hambruna que azotaba a su país. Entonces, se mezclaron creencias y prácticas entre los parlantes gaélicos y los norteamericanos en torno al rito de los muertos.
La costumbre de vaciar nabos para ponerles dentro velas durante el Samhain, inspiró a usar calabazas en Halloween porque no se conseguían nabos en Estados Unidos.
Cabe destacar que, si bien el término Halloween deriva de las palabras All Hallow’s Eve que significa “la víspera de todos los santos”, tiempo litúrgico cristiano dedicado a recordar a los muertos, la festividad incorporó prácticas paganas celtas como el uso de disfraces y el «trick or treat» (¿dulce o truco?) inspirado en las ofrendas célticas brindadas a los seres del inframundo.