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La bestia exprime su corazón

sin temor al llanto.

el silencio llega, la gota cae,

el júbilo también.


No tiritan estrellas, se comen entre ellas.

Igual no importa,

hoy confiesa su belleza.

Sobran placeres en la mesa,

Pero mis recuerdos tienen tres rayos:

Amor, devoción y pasión de callos


Más allá de toda tiniebla.

Su luz no sucumbe en la sombra

¡Qué puta suerte estos ángeles!

A ustedes, y por ustedes, gracias…

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