Los irlandeses se enfrentan a un retraso en la reducción de las restricciones del COVID-19, que se esperaba en un principio para dentro de una semana, debido a que el pueblo está siendo alertado por retroceder en las precauciones para evitar el contagio del virus.
El hostigamiento a personas que dejaron en suspenso una parte de sus vidas durante los últimos 20 meses son contrarios al mantenimiento del espíritu de unidad.
El aumento de los casos del virus durante la semana pasada supone un mensaje de advertencia para todos nosotros, pero también un recordatorio para las autoridades de salud pública sobre la importancia de la participación del público en todas las fases de la batalla contra el COVID-19.
El Taoiseach Micheál Martin señaló que, en algunos casos, la gente había dejado de tomar las precauciones básicas contra el virus. Esto se ha convertido en una rutina, y él añadió que, hasta cierto punto, todos debemos hacer un examen de conciencia al respecto.
Una temporada de toses y resfriados
Pero la gente también puede plantear serias dudas a las autoridades de salud pública sobre su comportamiento reciente. Ayer, en la radio RTÉ, escuchamos la extraordinaria afirmación de un eminente funcionario, el profesor Philip Nolan, que dijo que las personas que acuden al trabajo con una tos o un resfriado son comparables a alguien que conduce bajo los efectos del alcohol.
En una temporada de toses y resfriados, hay muchas razones profesionales y personales válidas para salir de casa. Comparar a estas personas con las que beben y conducen de forma consciente o negligente es extremadamente decepcionante.
En una línea similar, la gran mayoría de los ciudadanos cumplidores y cooperativos tendrán sus propias preguntas sobre el descenso del rastreo de COVID en las escuelas; el fracaso en serie de la introducción de las pruebas de antígenos, que se utilizan tan amplia y eficazmente en otros lugares; la lentitud en la entrega de los resultados de las pruebas de COVID-19, y el descenso de los mensajes de COVID en la sanidad pública en las últimas semanas.
También observamos que el Presupuesto, entregado hace tres días, dijo implícita y explícitamente a la nación que estábamos “del otro lado”.
Los irlandeses necesitan una decisión más rápida
Mientras tanto, el escenario que se avecina es tristemente familiar porque nos hemos enfrentado a él muchas veces en los últimos 20 meses. Una vez más, nos encontramos en ese punto en el que las autoridades deben decidir sobre las restricciones. No obstante, ahora puede haber más opciones para los irlandeses.
Hace 12 meses, si estuviéramos experimentando el actual pico de nuevos casos de virus, lo más probable es que la decisión del Gobierno fuera: dirigirse inmediatamente al nivel más alto de bloqueo. Un año después —con nueve de cada diez personas totalmente vacunadas— tenemos algo más de opciones que podrían resumirse en: retrasar la flexibilización de las restricciones; o endurecer las actuales; o seguir adelante y esperar que todo vaya bien.
Nos han dicho que debemos esperar hasta el próximo martes para saber qué pasará el viernes siguiente. Los sufridos trabajadores de los sectores del ocio y la restauración consideran, naturalmente, que esta situación es aún más injusta. Asimismo, tienen que decidir sobre la contratación de personal, la aceptación de reservas y la compra de existencias. Esto sugiere de nuevo que es necesario tomar una decisión más rápida.
También puede ser el momento de dirigir un programa de comunicación específico a las 300.000 personas que siguen sin vacunarse. Algunos pueden tener razones médicas válidas, pero el problema de las personas no vacunadas sigue siendo un riesgo para la comunidad en general.